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muchoquedecir

No estamos todos en la nieve, falta Luis! (3 de Febrero de 2004)




Un buen día decidimos irnos a esquiar después de haber salido la noche anterior al café Mozart. El viaje lo realizábamos a través de la agencia de viajes Europa-Reisen-München y la salida se realizaba desde Isartor a las 7:00 de la madrugada. Para que llegáramos a tiempo quedamos Ana, Luis y la menda en el andén a las 6:15, mamá Ana se encargaba de hacerle múltiples llamadas a Luis (el que se supone que tenía problemas de insomnio) para despertarlo por si no oía la alarma del móvil. Ana que daba por hecho que después de 7 llamadas habría despertado a Luis se dirigió hasta la estación de metro pero ¡sorpresa! Luis no estaba allí, solo estaba yo. Como venía el metro nos fuimos hasta Marienplatz y allí llame al móvil del dormilón el cual cogió el teléfono y le pregunté: donde estas? Y el respondió: cómo que donde estoy? dónde estáis vosotras? Nosotras respondimos: en Marienplatz y como Luis estaba aun en su séptimo sueno nos preguntó: y que hacéis en Marienplatz? después de tal pregunta le comentamos que salíamos en un cuarto de hora hacia las pistas de esquí de Austria y que debía de levantarse y coger un taxi para poder llegar a tiempo pero como aun no reaccionaba pues seguía dormido nos fuimos sin él.

En Isartor estaba ya todo el mundo preparado para un día en la nieve y los autobuses esperando a que la gente dejara su equipaje y comenzar el camino.

Una vez en las pistas decidimos entre todos, Raul (esquiador alpino profesional), Ana, José (asturiano snowboarder), Kike (rumbero que me regalo los esquíes para mi cumpleaños) y yo, hacia que pista nos dirigíamos. Empezamos la mañana soleada de esquí con las pistas rojas, después de comer y de que las condiciones climatológicas cambiaran (ventisca) llegamos al acuerdo de ir a la pista negra que tanto habíamos oído hablar de ella por su pendiente. Yo iba todo decidida junto con kike y Raúl pero a Ana le costaba asimilar que se bajaría la pista negra sin dejarse un brazo o una pierna en el intento. Cuando llegamos al tramo de pista negra mi cara cambio por completo :O

Decidí que no me tiraba por ese escalón pues de pista de esquí no tenia nada! Después de que me convencieran la bajé, arrastras y comiendo y desayunando nieve, pero la bajé. Ana a pesar del pánico que tenía al principio disfrutó un montón de la bajada al igual que kike y Raúl. Como yo aun tenía ganas de comer más nieve y el resto de esquiadores de seguir pasándolo bien volvimos a bajarla otra vez justo antes de irnos.

El viaje de regreso a München en el autobús fue entretenido y una vez devueltos cada uno a su destino, Ana y yo decidimos hacerle una visita a Luis para darle un rato por saco contándole lo bien que nos lo habíamos pasado, cuando entramos a su habitación nos enseño su nuevo despertador, lo cual nos alegró porque aunque no viniera por lo menos le sirvió como un pequeño escarmiento.

Ahora seguimos pensando en organizar otro día a la nieve pero esta vez compraremos un hacha para tirar la puerta de Luis abajo por si se duerme!


3 comentarios

patxi -

Algun dia cuando pares por aki ya te enseñare a skiar para que no solo vallas a la nieve a hacerte fotos

Maria -

jo tia no t lo pasas ni bien eh?menos mal q existe la tecnologia xq asi mantenemos el contacto aunq ya sabes lo poco q me gusta los computers pro x lo menos asi t veo el careto en fotos, ahora stan aqui teresa y esther asi q d pm, ya t contare wapa, cuidate muxo, millones d bsos

Luis -

Me siento un poco protagonista de la historia la verdad, mas que el propio esqui.

Recuerdo perfectamente ese dia y de como me ataco el insomnio por el miedo a no despertarme, lo cual sucedio. Y me perdi un maravilloso dia de esqui que luego vinisteis a restregarme.

El nuevo despertador funciona, mas o menos. Mas valen dos que uno. De todas formas, nada mejor que el despertador que tengo los ultimos dias: no hay forma de quedarse en la cama!